Cuando piensas en Alejandro Fernández, quizás lo imaginas sobre un escenario, no cruzando el umbral de una casa donde cada rincón teje memoria y creatividad. Sin embargo, su residencia en Guadalajara (Casa Rosa) es un refugio íntimo donde la arquitectura mexicana, el diseño contemporáneo y el arte convergen para narrar una historia única.
El recibidor: la primera emoción

Sala: comunidad, música y recuerdos

La sala es el corazón del hogar: ahí reposa el piano donde sus hijos tocan y compañeros le presentan canciones. Frente a él, un retrato pintado en vivo mientras Alejandro cantaba y, en una de las paredes, un cuadro de David Bowie que añade un guiño moderno y personal a la decoración. Estos detalles crean un vínculo emocional entre arte, música y familia. Puedes incorporar piezas personalizadas como fotografías familiares o ilustraciones significativas para que tu sala también celebre tus momentos más valiosos.
Materiales y atmósfera: tradición y modernidad entrelazadas

La pareja preservó el diseño original de Andrés Casillas de Alba, discípulo de Luis Barragán, pero adaptó interiores con detalles de inspiración marroquí: colores tierra, texturas como cuero, ladrillo y barro, logrando una atmósfera cálida y moderna.
Arte mexicano contemporáneo: identidad y creatividad
La residencia está adornada con piezas de diseño y arte de talento nacional que enriquecen los espacios con autenticidad y narrativa.
En cuanto a pintura, destacan:
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Juan Carlos Manjarrez: su hiperrealista “Introspección II” en la sala.

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Héctor Navarro y Lucía Maya, cuyos lienzos aportan fuerza visual y sensibilidad artística.

En el ámbito del diseño y la decoración, nombres como Daniel Orozco, Contorno, Mariela Motilla, Fanny Haiat, Andrés Monnier y Patricio Tejedo aportan texturas, colores y formas que llenan la casa de vida y profundidad cultural.
Exteriores y espacios de convivencia

El jardín posterior ofrece un rincón para contemplar y compartir: hamacas, mobiliario bajo y un ambiente natural donde a veces basta escuchar el canto de los pájaros. Puedes complementar estos espacios con ilustraciones inspiradas en paisajes, tejidos artesanales o piezas que celebren los lugares que amas.
Un hogar con alma
La magia de esta casa radica en su silencio y serenidad, que ofrecen más que belleza: transmiten calma, historia y pertenencia. Como dice Alejandro, “es más que nuestra casa; es nuestro hogar”. No necesitas ser una celebridad para lograrlo: basta con elegir piezas que te representen, que te emocionen y que hagan sentir que cada mirada cuenta tu historia.

